viernes, abril 19, 2024
    Meta-autobiografía de una novela gráfica de ciencia ficción

    Abril Castillo Cabrera

     

    “Ésta es la palabra que usamos para taladrar agujeros. Tiene el tamaño justo para esos tibios huecos del discurso, para esos vacíos en forma de corazón que no se parecen a los corazones de verdad”. 

    Margaret Atwood, Historias reales

     

    1. Supongamos que viajo a otro país para escribir un libro del que aún no sé nada. No voy para hacer un libro, sino para recibir técnicas y adquirir hábitos: un proyecto intangible.
    2. Los personajes van cambiando tal como los sentimientos cambian. Una protagonista melancólica, una narradora enojada, un objeto del deseo ausente, un bebé angustiado. Todos son fantasmas.
    3. “’Todo lo cercano se aleja’, escribió Goethe en un poema”, cuenta Mercedes Halfon en El trabajo de los ojos.
    4. Una emoción verdadera es lo que detona la escritura.
    5. Una vez encontrada la emoción, fijada como materia prima, una vez elegido el material, se puede crear la obra. Y aunque no sea autobiografía, estará lubricada y fluirá como si narrara una historia verdadera.
    6. Una amiga siempre me mentía pero decía que era su madre quien mentía. Cuando yo le preguntaba: “Por ejemplo, ¿en qué mentía?”, no me sabía decir en qué. Pero en sus silencios se colaban otras mentiras más profundas; cuando yo no entendía cosas, ella sí que las entendía, porque ella las había causado.
    7. Para Patricia Highsmith como cada persona es distinta de las demás, solo al individuo le corresponde expresar lo que lo diferencia de los demás.
    8. Este texto está construido con una arquitectura agujereada. Un corazón que palpita y en algunos lugares se atora y en otros hay que sustituir arterias. El centro de una dona, cómo reemplazarlo.
    9. Back to the 90’s. Ir al pasado otra vez pero en el presente. Un pasado futurista. Siempre es así la imaginación del futuro: un retorno al pasado, al momento favorito del pasado. Ir a los noventa pero con las tecnologías que existen hoy, en 2022, y las que están por venir.
    10. La protagonista es escritora y lleva el nombre de Rilke, que en sus Cartas a un joven poeta habla del tiempo y de la escritura, y del tiempo de la escritura: “El futuro penetra en nosotros, para transformarse en nosotros, mucho antes de que tenga lugar”. Se llama Rainer pero se escribe Reiner, para que se pronuncie bien. Un día desaparecerá.
    11. Yo no sé escribir ficción, o nunca lo había hecho, pero me gusta leerla. Me gustan las películas, la literatura, las caricaturas. Me gusta que me cuenten historias. Me gusta la metaficción y cuando en Bojack Horseman, su agente, Princess Carolyne imagina un buen día cuando está teniendo uno pésimo: “¿Sabes qué hago cuando tengo un día terriblemente malo? Me imagino a mi tataranieta en el futuro, contándole a su clase sobre mí. Es equilibrada y divertida y les habla de mí y de cómo todo se resolvió al final. Cuando pienso en eso, me imagino que todo se resolverá. Si no, ¿cómo podría existir ella?”
    12. Su tataranieta se llama Ruthie en su imaginación, también se titula así ese episodio. Temporadas más tarde, cuando se vuelve realmente madre, Princess Carolyne le pondrá ese nombre a su verdadera hija. 
    13. Nuevo mito de origen: jugar a las Barbies.
    14. La ficción, lo que inventamos, es una manera de lanzar al futuro nuestro deseo, para luego alcanzarlo.
    15. El género es autociencia ficción. Un término que vi en una librería, en un libro de Begoña Monroy. No lo compré después de hojearlo, trataba sobre animales y ética; lo que me interesó fue la autoficción y la ciencia ficción. Y la posibilidad de todo lo que cabe, de todas las que cabemos ahí. Ficción autobiográfica. Autobiografía ficticia.
    16. Elon Musk es Julio Verne: vuelve realidad en la realidad eso que el autor sólo imaginó. Aquí Elon Musk toma la forma del amante gorila, del rico prepotente que todo lo destruye. El Mago de Oz es un villano. No ayudará a la protagonista a volver a casa, la desaparecerá para siempre de su familia y del mundo. Sólo quedarán sus textos. 
    17. Formas de escribir: hablar sola en voz alta, hablar sola en voz baja, hablar con alguien sobre lo que sea, ir a un museo, mandar mensajes de voz, vivir cosas intensas, como desenamorarte o enamorarte o mudarte o sufrir una traición; hablar con alguien sobre el tema, retratar una emoción, no con emojis: con escenas.
    18. “El arte es útil, medicinalmente útil cuando suscita y purga emociones peligrosas”, dice Susan Sontag que dice Aristóteles.
    19. La timidez arruina el arte, la comunicación, la escritura y el dibujo. Si tienes una idea, mejor gritarla, decirla fuerte, trazar con enjundia. Aunque quede chueco, feo, roto, es mejor a inaudible. O con calma, pero la pausa y el cuidado son distintos al miedo y la timidez.
    20. Las historias que te armas con los silencios de otras rara vez coinciden con la realidad.
    21. Dos amigas. Esta cita de Adrienne Rich, por ejemplo: “Una relación entre mujeres honesta —eso es, una en la cual dos personas tienen el derecho a usar la palabra «amor»— es un proceso delicado, violento y a menudo terrible para ambas personas involucradas, un proceso por refinar las verdades que se pueden decir entre ellas. Es importante seguir este proceso porque echa por tierra la decepción y el aislamiento. Es importante porque siguiendo este proceso le hacemos justicia a nuestra propia complejidad. Es importante seguir este proceso porque se puede contar con muy poca gente que vaya por este duro camino junto a nosotras.”
    22. No escuches audios viejos ni confíes en lo que sientes de tus recuerdos. Nada de eso es real.
    23. “Me cuesta un tiempo darme cuenta de que alguien se porta mal conmigo, tan sorprendente me parece que me pase algo así: el mal es en cierto modo irreal”, apunta Édouard Levé en Autorretrato.
    24. Cuánto tiempo le lleva a alguien darse cuenta de que el otro no lo quiere. Buscando por años a un amor platónico para que se enamore de tu mejor amiga. O de una amiga nomás, no tiene por qué ser la mejor.
    25. La narradora es Sophie, encargada de recursos humanos. Amargada o con tanta frustración que su enojo se vuelve casi cómico. Es patética.
    26. Esta historia es sobre la vida en una oficina como microcosmos, conectado a todo lo largo del mundo. Aunque solo sea de una oficina a otra, la gente viaja por los tubos. Y no es que conozca mucho del mundo, conoce muy poco, conoce menos. Se conoce más llegando a pie.
    27. Un título es la brújula de un deseo. Recordar la palabra Wormhole cuando me sienta perdida. Con mayúscula y en inglés.
    28. Somos un edificio de mil pisos. Un sueño, una metáfora, un punto de partida. Primera frase. Yo era la lectora de esa primera frase, como en todo sueño uno mismo lee porque no sabe cómo lo construye.
    29. “A veces, cuando veo que he tenido que escribir sobre un tiempo ya caducado, me pregunto si no será que a lo mejor, como dicen algunos, a la ficción le gusta el pasado y por eso tiende a correr el riesgo de no ser ya sino cosa del pasado, que es lo que solían decir los hegelianos hablando del arte en general y Borges hablando de la lluvia”, dice Vila Matas en Esta bruma insensata. Y también que no hay nada más peligroso que una persona cruel convencida de que es buena persona.
    30. Lo malo no es robar sino que te cachen. Este y otros dichos como títulos. Una bajada como crónica o el resumen de cada capítulo en los títulos de El Quijote.
    31. Enojo a todo. Prisa. Velocidad. Femoral, femoral. Un poema a mi madre. Mi frustración y mi rabia y mi dolor. Encontrar ese fuego y desde ahí escribir otra cosa. Dolor, velocidad, gastritis y un vómito amargo. Bájale, me dice Santiago. Añade una última secuencia con calma.
    32. Salgo tarde y no me lavo los dientes ni hago pipí. Llego y antes de entrar a clase voy al baño de la universidad y me lavo los dientes y hago pipí. Cuando entro al salón estoy ya en mi lugar sentada, tomando clases. Esa otra versión de mí que quizá se esté orinando todavía. Hay que duplicarse para existir, para que un texto exista y se vuelva narración.
    33. En La invención de la soledad, un libro sobre su padre, Paul Auster se pregunta: “¿Qué significado tiene el hecho de mirar algo, un objeto real perteneciente al mundo real, por ejemplo un animal, y afirmar que en realidad es otra cosa? Es igual que decir que cada cosa tiene dos vidas simultáneas en el mundo y en nuestra mente, y que negar cualquiera de las dos es como matarla en ambas vidas a la vez”.
    34. Sueños dentro de los sueños.
    35. Escribir es estar a la caza de la forma para cuando se aparezca perseguirla como conejo o ballena blancos.
    36. Hay una voz que empuja la arena húmeda y desde la intuición le da forma. Hay unas manos que saben hasta dónde apretar. Y unos ojos que miran en dos direcciones y secan con su mirada la pieza final.
    37. La vida va modificando lo que pensaba que iba a escribir. O dibujar. Si no ocurriera así lo haría por obligación y no por necesidad.
    38. Hay una razón para que no te publiquen fuera: no estás de moda, ya hay más de lo mismo, demasiado más de lo mismo, no se entiende, nadie te entiende, no eres buena, tu libro no es bueno, les caes mal.
    39. Mensaje escrito en polvo en el parabrisas de un auto:Andrea eres una zorra. Estás como un tren”.
    40. Borrar las huellas, como esa técnica de grabado donde imprimes a plancha perdida. Para meter varios colores y que el registro no se mueva, debes planear desde antes qué colores se solaparán, empezar por el más claro, dejar al último el más oscuro. La precisión al imprimir no tiene igual. Pero la placa se pierde, el número de grabados que hagas esa vez es el único tiraje que existirá.
    41. Las cosas como las dejaste. Irse y volver de viaje y ver cómo dejaste tu cuarto. Alguien entra a fotografíarlo, te avisa luego, y tú solo alcanzas a decir: “Si ves mis calzones los pateas abajo de la cama”. A lo que ella responde: “A estas alturas todos hemos visto la ropa interior de todos”. Y piensas que eso es ser familia.
    42. No te va a traicionar alguien que ni se sabe tu nombre, sino quien creías tu amigo. O amiga.
    43. Observar y pensar no son lo mismo. Ver hacia dentro. Ver hacia fuera. Salir de ti. La hipocondría.
    44. Dos preguntas para la escritura: 1) ¿En qué medida es un reto, una salida de mi zona de confort, una búsqueda de nuevos territorios, una descolocación? 2) ¿En qué medida soy fiel a mi mundo?
    45. “Cuando escribimos un libro, lo construimos de un modo dialéctico, no demasiado distinto a como funciona una página web, ya que tiramos distintos hilos de pensamiento (personal, histórico, especulativo, etc.) para unirlos y formar una constelación que termine fijada en la forma de un libro. La web se ha convertido en un espejo del ego de un autor ausente y a la vez muy presente”, asegura Kenneth Goldsmith en Escritura no-creativa.
    46. Reflexionar sobre los estragos de la división entre cuerpos físicos y cuerpos psíquicos, cómo esta tecnología ha craquelado las relaciones, las comunicaciones y el arte.
    47. Inventar la posibilidad de habitar un mundo paralelo: ¿Cómo se sentiría tener el don de la ubicuidad?, ¿Qué pasaría si la tecnología hiciera posible estar en un mismo día en varios continentes, de cuerpo presente? ¿Cómo se transforma un matrimonio y una relación laboral en un mundo en el que jamás se pone el sol?
    48. Reflexionar sobre la tecnología, las relaciones familiares, laborales, sexo-afectivas en la actualidad a partir de la construcción es una novela distópica.
    49. “Podemos cerrar los ojos, pero no los oídos, el tacto, el olfato y el gusto, porque el peligro más grande es invisible”, comparte en Twitter Carla Faesler, un extracto de su obra en proceso titulada Política del cuerpo
    50. Explorar desde la ficción el sentimiento de desdicha, enojo, a la vez que se dialoga con las distintas acepciones de lo que es el arte, la fama y la figura autoral.
    51. Estudiar las emociones que más nos resistimos a ver de frente, como la envidia y la hipocresía, a través de una narradora poco fiable, enojada, en un trayecto en busca de su propia identidad como artista de clóset y peor enemiga.
    52. Plantear y reconstruir un México en los noventa, desde los ojos de una narradora-personaje, una búsqueda humana por definir su lugar en el mundo, encarnar los ideales en oposición a la realidad de lo que uno querría que fuera el arte, el amor y el trabajo. 
    53. Esto no puede ser una novela hecha solo de palabras. Será un libro híbrido que usará la narrativa gráfica mezclando cómic, dibujo, fragmentos textuales de documentos inventados, fotografías falsas, diagramas, tests de personalidad, pintura, tira cómica y diálogo teatral gráfico. 
    54. La estructura se rompe, el lector debe reconstruir el mosaico: fragmentos de periódico, secuencias narrativas silentes (imagen sin texto: fotos, dibujos, cómic), mensajes de texto, diarios personales, discursos públicos, fotografías intervenidas, diálogos gráficos, tests de personalidad que el lector puede responder, diagramas y dibujo técnico: centro de la Tierra, túneles, funcionamiento de artefactos, diagramas emocionales y psicológicos.
    55. Formas cambiantes volumétricas, poligonales, topografías imaginarias. Un cubo tiene frente y vuelta, cuando la trama se complica, el cubo se vuelve polígono, todavía hay frente y vuelta, solo hay más vértices y más caras; cuando se complica más, llega el toro que aplana: ya no hay vértices, luego viene el giro: un cinturón de Moebius y las topografías imaginarias.
    56. Todos tenemos dos caras, al menos. Lo que viene a revolucionar cualquier mundo, aquello de lo que no hay marcha atrás son dos cosas: dar vida o dar muerte. No la vida o la muerte a secas. La intención de que algo nazca o algo muera. 
    57. El hijo es el hoyo que las deja perforadas para siempre, a través del cual entramos unos en otros, se nos cuela la vida, conectamos el lado de allá con el lado de acá. También lo es el asesinato de Reiner. Reiner va a morir casi al final. Ilse va a nacer casi al principio. Estructura circular para las etapas del duelo: un cono en vez de un cubo. En la concepción de una nueva vida y el asesinato de otra, nace la cinta de Moebius quizá. El frente y la vuelta se pierden: una cara y otra cara parecen la misma.
    58. La historia tiene lugar en México, en una oficina. Una oficina es el microcosmos de todas las relaciones humanas. La incubadora de la tecnología de un mundo.
    59. Conoceremos esta historia por Sophie, la psicóloga de la oficina: tiene información privilegiada dentro y fuera de las mentes de todos. Seguiremos la historia a través de ella por dentro y por fuera.
    60. Los cuerpos psíquicos hicieron que casi nadie tuviera ya hijos. Eran casos contados los de los bebés que nacían en esta época. La gente tenía sexo a través de sus mentes, consigo mismos y sus fantasías. Las relaciones que se tejían en el mundo físico entre humanos de carne y hueso rara vez eran eróticas. La cúspide de toda relación era la amistad. Y en ella surgían lo que en otras épocas habría sido el amor fraterno, materno, paterno. Las relaciones eran sobre todo de conveniencia (familiares, laborales, amistosas). Había hijos y padres, pero la gente buscaba a sus hijos y sus padres en otros: toda relación estaba tergiversada a causa de las ausencias. Había sexo pero no era necesariamente con quien más amaras. Porque el amor era algo diferente para cada quien. 
    61. Un agujero de gusano es la ventana, entrada, puerta. El túnel es el trayecto, el puente que conecta un lado con otro. El lector tiene que estar atento para descifrar qué le pasó a Reiner.
    62. Yo no quería escribir un proyecto sobre el futuro. Yo quería escribir sobre las venas de mi madre y una herida que no cierra y un corazón que remonta y un dormir juntas siempre en camas separadas. Yo quería escribir sobre mi madre. 
    63. Pasa la operación y las horas, ya no hay velocidad en el cuarto sino una sensación de tiempo detenido. El elevador suena, el cuarto se llena, son las siete y la devuelven a su cama. Mi madre despierta, dice mi nombre y le toco la mano: Aquí estoy.
    64. La dejo en el cuarto, cruzo el mundo y ahora quien se presenta ante mí no es ella, sino al fin yo. Una voz que no conocía y que no tiene que ver con nada que hubiera antes imaginado. Hasta hoy.
    65. Supongamos que viajo a otro país para escribir un libro del que aún no sé nada. No voy para hacer un libro, sino para recibir técnicas y adquirir hábitos: un proyecto intangible.
    66. Un agujero de gusano es un salto brusco en el tiempo, y un túnel con la forma de un lazo. Te lleva a otro lugar, documento, voz. Tiene forma de cordón umbilical porque conecta al origen una y otra vez, al nacimiento, a la madre. Tiene forma de vena porque las palabras son torrente.
    67. “Pero lo que empieza como poesía / suele terminar como novela porque las palabras / son todas nobles hasta que se les pega / el virus del estereotipo”, escribe en un poema de Chicas en tiempos suspendidos Tamara Kamenszain.
    68. La forma de leer esta novela es sentir, no tratar de entender. Acabas de entrar a un cuarto y hay gente hablando. Cambias de cuarto y estás en otra época. Los agujeros de gusano están plagados por todas las páginas. A cada salto no sabes dónde estás pero intuyes quién habla. Tienes que armar el rompecabezas. El detective eres tú.
    69. Porque las flores florecen en los campos de los muertos, April is the cruellest month.

     


     

    Abril Castillo Cabrera. (Morelia, 1984). Dibuja, edita y escribe. Ha sido curadora y gestora cultural de proyectos relacionados con la cultura, la escritura y la ilustración. Dirige su sello independiente Alacraña. Es autora de Dígalo con piedras (Pitzilein Books, 2021) y Tarantela (Antílope-UANL, 2019).

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