jueves, abril 25, 2024
    Doce años de ser hogar de la lectura: Casa Universitaria del Libro UANL

    Irma Gallo

     

    Si navegas por su página de internet, encontrarás que la Casa Universitaria del Libro de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) se inauguró como tal el 10 de febrero de 2011. En ese entonces, el rector era Jesús Ancer Rodríguez y el Secretario de Extensión y Cultura era el actor, director de escena y promotor cultural Rogelio Villarreal Elizondo. El primer director de este recinto universitario fue el Dr. Celso José Garza Acuña, periodista, escritor y docente —una figura clave para la promoción cultural del norte del país—, que también fue director de la Editorial Universitaria y Secretario de Extensión y Cultura.

    Si tu curiosidad no se ha saciado en este punto, en la misma página web encontrarás que el arquitecto Eduardo Daniel Belden, “egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts”, o sea, el famoso MIT, diseñó esta impresionante mansión para el matrimonio Martínez O’Dowd, y que su estilo, en Estados Unidos, se llamaba “Reina Ana”, y en Monterrey, “chalet”.

    A lo largo de su existencia, el inmueble ubicado en Padre Mier 909 poniente esquina con Vallarta en la colonia Centro ha sido sede de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) y hasta oficina privada de diseño gráfico. Afortunadamente, desde hace una docena de años alberga a la Casa Universitaria del Libro UANL.

    Esta construcción que deja sin habla a quien la observa desde la calle es también la sede de la Editorial Universitaria. Tiene una librería y una sala de lectura y, en su foro, al aire libre se llevan a cabo presentaciones de libros. Es, pues, un templo para la lectura y su disfrute. Aunque, pensándolo bien, quizá la palabra templo no sea la más adecuada, porque si bien es un lugar en el que se reverencia a la palabra escrita y su producción, no se trata de un espacio solemne, prohibitivo, en el que haya que hablar en voz baja o de plano mantener la boca cerrada. Todo lo contrario.

    Por eso el nombre que le pusieron es el más acertado: casa, que si bien en su origen latino quiere decir “habitación o choza con estacas, ramas y techo de paja que protege del frío y el calor”, también, según la RAE, es “familia, descendencia o linaje, o institución de carácter sociocultural y recreativo que agrupa a personas con vínculos geográficos o intereses comunes, y su sede”.

    Así pues, la Casa Universitaria del Libro es una casa sobre todo en cuanto a la última acepción. Y aquí me detengo porque me viene a la mente un fragmento del brillante discurso que pronunció Cristina Rivera Garza cuando recibió el Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2022, que le otorgaron la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la UANL y la Sociedad Alfonsina Internacional:

    “Es mentira que leemos solos: leemos tal como escribimos, siempre con otros, enlazados por los hilos de un lenguaje que nos constituye y nos nutre y, en diferentes casos, nos limita o nos libera”, dijo. 

    No me queda duda de que Casa Universitaria del Libro UANL es un espacio ideal para que suceda lo que propone Rivera Garza, en primer lugar, en el plano físico, ya que ahí se llevan a cabo presentaciones de libros y otro tipo de actividades que tienen que ver con la apropiación y el ejercicio comunitario de la lectura.
    Pero además, al ser la sede de la Editorial Universitaria, este ejercicio se expande para rebasar las fronteras no sólo de esta imponente construcción sino incluso del estado de Nuevo León y del país. A lo largo de veintisiete años de existencia y bajo la dirección de Armando Joel Dávila, Jaime Rodríguez Gutiérrez, Minerva Margarita Villarreal, Celso José Garza Acuña, y ahora el escritor y editor Antonio Ramos Revillas, la editorial (que nació en 1996 bajo el nombre de Publicaciones UANL) ha publicado, tanto en solitario como en coediciones, a autores locales —o “adoptados” por Nuevo León. La lista incluye a Alfonso Reyes, Coral Aguirre, Celso Garza Guajardo, Margarito Cuéllar, José Javier Villarreal, Patricia Laurent Kullick y Armando Alanís Pulido .Y, de otros estados, aparecen los nombres de la misma Cristina Rivera Garza, Fernando del Paso, Juan Villoro, Fernanda Melchor, Eduardo Antonio Parra, Rocío Cerón, Elsa Cross, David Olguín, Estela Leñero, Luis Jorge Boone, Bárbara Jacobs, Emmanuel Carballo, Hiram Ruvalcaba, Magali Velasco, René Avilés Fabila, Luis Armenta Malpica, Álvaro Enrigue y Adolfo Castañón. De otras latitudes, hay autores como César Aira, Elizabeth Bishop, Daniel Centeno Maldonado, Raúl Zurita, Fernando Pessoa, Darío Fo, Antonio Tabucchi, Vandana Shiva, Juan Gelman, Nell Leyshon y Cees Nooteboom, entre muchos otros.

    A través de las colecciones de Narrativa, Poesía, Ensayo, Coetáneos, Ínsula, La piel del tiempo, Periodismo y Crónica, Nuestros clásicos, Infantil, Ciencia, Alfonsino digital y Memoria UANL, entre otras, la casa editorial de los universitarios ha construido un catálogo sólido y diverso, en el que cualquier lector puede encontrar una opción que satisfaga sus intereses, su curiosidad, su deseo.

    La Editorial Universitaria también publica Armas y Letras, una de las revistas más longevas del país, con casi ochenta años de existencia, cuya dirección recae también en Antonio Ramos Revillas que cuenta con un equipo conformado por Jessica Nieto, coordinadora editorial, Nohemí Zavala, editora impresa, y Karen Villeda, editora digital. Por aquí han pasado también figuras imprescindibles de la literatura como Sergio Pitol, Gabriela Mistral, Carlos Fuentes y, por supuesto, Alfonso Reyes, así como  importantes artistas plásticos, pues en la propuesta editorial el arte está firmemente ligado a la literatura. Desde el año pasado, la revista cuenta con un suplemento digital que aparece mes a mes con el propósito de difundir nuevas voces, entre las cuales se incluyen a las personas becarias del Centro de Creación Literaria de la UANL.

    A partir de 2019 se unió a la oferta de publicaciones periódicas de la Editorial Universitaria la revista Navegantes, con contenidos literarios dirigidos al público infantil y juvenil, que dirige Dalina Flores Hilerio.

    Pero además de que los precios de los libros y revistas son muy accesibles, la editorial ofrece un catálogo de descarga digital gratuita en el que hay títulos de minificción, cuento, poesía, ensayo, periodismo y por supuesto publicaciones académicas sobre salud, educación e investigación, entre otros temas.

    La Casa Universitaria del Libro tiene también un podcast, que si no has escuchado te recomiendo que no esperes más y lo busques en tu servicio favorito de podcasts. Se llama, simplemente, La Casa, y al igual que su TikTok es una gran plataforma para la difusión de las publicaciones de la Editorial Universitaria entre las personas más jóvenes.

    Llegó el momento de hacer una confesión: a la Editorial Universitaria le tengo un gran cariño, entre otras razones porque en 2016 publicó mi libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado. Ser mujer en México en su colección de Periodismo y Crónica. Pero no sólo por eso, sino porque con cada UANLeer (la feria del libro de los universitarios, que organiza la Universidad Autónoma de Nuevo León a través de la Secretaría de Extensión y Cultura y de cuya programación es responsable la Casa Universitaria del Libro) me ha dado la oportunidad de conocer nuevos autores, sellos editoriales y títulos. A mí y a muchos lectores más. 

    En los pasillos de la UANLeer, que se realiza en el Colegio Civil —otra joya arquitectónica de Monterrey— se da el intercambio de ideas y la reflexión en torno a la lectura. Leemos en colectivo, como dijo Cristina Rivera Garza, y el ejercicio, en este caso, es profundamente liberador.

     

     


     

    Irma Gallo. (Ciudad de México en 1971). Periodista y escritora. Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universitàt de Barcelona. Premio Nacional de Periodismo Cultural René Avilés Fabila 2018 con el programa televisivo Pita amor, un recuerdo mantenido (Canal 22). Autora de Profesión: mamá (Vergara, 2014), #YoNomásDigo (B de Blok, 2015) y Cuando el cielo se pinta de anaranjado. Ser mujer en México (UANL, 2016/VF Agencia Literaria, 2020). En coautoría con Miguel Ángel Gallo Tirado: Las desventuras de Trumpestein (Quinto Sol, 2019) y La docena trágica y el regreso del PRInosaurio (2016). También participó en las antologías ¿Por qué escribo?-Hay Festival- (Gris Tormenta, 2018) y Materna (Fondo Blanco Editorial, 2022) Impartió talleres de análisis literario en CASUL, Casa Universitaria del Libro de la UNAM y de autobiografía a mujeres privadas de la libertad (Dirección de Vinculación Cultural, 2022). Ha colaborado en El Universal, El Gráfico, Newsweek en español, Gatopardo, Revista Este País, Lee + de Librerías Gandhi, Literal Latin American Voices, Pie de Página, Letras Libres y Península 360 Press. Actualmente es editora web de Lee + y Mascultura de Librerías Gandhi.

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