Poemas de Yurem Oyarvide

Yurem Oyarvide

 

la vida vegetal que nos quiere muertos 

 

el liche daña el páncreas
y es especie invasora
el torombolo descompone el riñón
y no crece más al norte
la caña de azúcar, por razones obvias
es el peor enemigo de mi padre diabético
y cada año plantamos hectáreas llenas de verde y alta caña
que nos está dejando pobres
y con un costal de azúcar que regala el ingenio
y que no nos podemos comer

 

 

 

 

 

la única víctima fatal de un aparatoso accidente de tránsito

 

cuando estaba en prepa
y llovía
y se me pegaba el lodo a la suela del zapato
y se me guardaban hojas de ébano
en el cuello de la camisa
y tomaba la pesera de la Juárez
y el pesero me pedía la credencial de la escuela
aunque llevara el uniforme puesto
porque no quería cobrarme de estudiante
y mi mente divagaba pensando
en el pavimento mojado
en el agua sucia brotando de la alcantarilla
en el canal desbordado
no podía evitar desear
que
la
pesera
chocara
y que yo muriera dentro

 

 

 

 

 

 

cómo prevenir la muerte de cuna

a Sophia, que trajo consigo los días buenos

 

supongo que quisiera ser padre en el futuro
o mejor en el pasado
volver a mi infancia
y cuidar de mí mismo

 

supongo que por eso te cuido a ti
por eso despierto en la madrugada a veces
por eso acepto jugar cuando estoy cansado
por eso acepto correr en la calle entre la polvareda
por eso camino detrás de ti en la loma inclinada
donde nacen todas las historias de huesos rotos que conozco
mantenerte viva es mantener vivo
al niño que fui y que
murió a la edad que tú tienes hoy

 

por eso despierto en la madrugada
para asegurarme que sí
que sigues respirando

 

 

 

 

 

 

de heridas innatas y tipos de dolores

my rage is a kind of domestic rage

Suzanne Buffam

mi dolor es una clase de dolor doméstico
migraña que recibí de mi madre
pesadillas crónicas
dolor abdominal hereditario
el legado de papá 

 

cada día por veinte años he creído que es el día de mi muerte
y guardo mis últimas palabras en la lengua
esperando el momento en que por fin
esta casa embrujada
acabe conmigo
porque difícilmente
acabaré yo con ella

 

pedazos de mí vivirán en esta ciudad
para siempre
dolor que se pronuncia playa bagdad o mezquital
mi nombre como en
sueños inalcanzables
porque si lo piensas
nadie con grandes sueños cumplidos
viene de una casa
que no tiene código postal

 

 

 

 

 

 

soñé que nos recostábamos en el monte de la entrada al ejido para ver las nubes 

 

leí sobre la herida del padre
la herida de la madre
la marca indeleble de una infancia jodida
y de todo lo que confundimos con amor

sé que
somos lo que la vida hace de nosotros
soy hijo de mis padres
los diez medicamentos que me recetó el psiquiatra
los llevaré en el sistema por siempre
no sobreviviría en una película de terror
y ninguna película romántica sucede en el lugar en que nací
soy el coyote lastimado en el medio de la carretera
que cierra los ojos con toda la esperanza de no morir arrollado
porque somos lo que la vida hace de nosotros
y en la posibilidad de confundir cualquier cosa con amor
he de confesar
que anoche soñé
que nos recostábamos en el monte de la entrada al ejido
y veíamos las nubes

 


 

Yurem Oyarvide. (Matamoros, Tamaulipas, 2001). Estudia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Fue becario del Centro de Creación Literaria de la misma universidad y ha sido premiado en distintas ediciones del Certamen de Literatura Joven UANL.

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