HUMO TRISTE
Lo que fuimos seremos: un enigma
sin importancia
En la casa de las pinturas
sólo somos figuras coloridas
La música se apaga y la noche
borra al carnaval
Y entramos en el libro de las sombras
Seas de jade o pluma de quetzal, de oro
o polvo, lo que eres, se desvanece
Somos en la línea del sino
un sobresalto del azar
Cosa caída que la tierra acoge
sustancia del tiempo, río que pasa,
humo triste
NO HAY ÍTACA A LOS LEJOS
No hay una Penélope esperándote
Rotas las amarras
todo es viaje sin sentido
No hay Circe que te hechice
Agotaron las sirenas su encantamiento
Donde quiera que estés
matarás la dicha y el sosiego
Y si algún día pisas tierra firme
y quemes las naves y dinamitas
los muelles, no te ilusiones
si tu perro te reconoce, seguirás en ti mismo
a la deriva
LO QUE DICEN
Lo que dicen es cierto: somos nada,
hebras de humo, desvanecidas sombras
Abandónate al río del tiempo y flota
en música y alcohol y en amores sin raíces
No hay para ti corazón que te arraigue,
no busques en vano entre la noche y el polvo
Uno se escurre de sí ya siendo otro
y aquel que dejamos toca la mano
del que se desdibuja
Ya lo dije: abandónate al río del tiempo
Su zarpa rompe el hilo del que pendes
Lo único real son las sombras
Fúgate del mundo por las grietas del sueño,
arroja la tinta negra sobre tu figura errante
y apresura, sin pena, tu borramiento
NOTICIAS SOBRE MÍ MISMO
Soy una cruza de mezquite y rinoceronte
ramillete de raíces floreciendo en el bote de la basura
Un collage hecho de cosas efímeras
pegado sobre un vacío abstracto, pintado
con colores aún sin nombre. Mis ojos tienen
la nostalgia del periódico de ayer. Fui hecho
con los fósiles de la imaginación y los fierros
que araron en el espacio. La pesquisa del alma
me llevó al instinto, y anduve por la vida
perplejo como una obra de Dadá. No cultivé
los hielos de la abstinencia ni la oda patriótica Soy humo que recuerda que alguna vez ardí
Ante el deseo me deshago como un alhelí
en la tormenta
OTRO POEMA DE LOS DONES
(A la manera de Borges)
Gracias quiero dar al divino
arte de disfrutar con pasión la vida
Por el sabor del café y su poderosa vocación
para cambiar el mundo y fundar utopías
Por las nubes, esos jeroglíficos que todas las lenguas traducen
con la palabra fugacidad
Por Proust y El cuarteto de Alejandría, por Picasso y por la Dolce vita
Por los sueños que develan con metáforas resplandecientes
el puñado de verdades que los hombres somos
Por la amada que sabe de mí los secretos que mi corazón ignora
Por el arcoiris que una tarde vi en el llano recién llovido y oloroso
a güamis
Por mis amigos a quienes les conmueve un verso pero no la guerra
ni que las víboras se coman a los pájaros
Por el modo precario en que colgamos del azaroso sino
Por la danza del fuego y una mujer desnuda
Por la música de Pink Floyd que viaja y vuela en el humo de la
mariguana
Por la noche en que me tocó la poesía como uno de sus instrumentos
Por la estética de la lencería cuyos encajes minuciosos aprisionan
un arte más excelso
Por el silencio que se posa sobre las cosas
Por la melodía que entona el aire
cuando roza la hierba
Por el sax, el acordeón y el chelo
Por las pompas de jabón que una vez reflejaron a mi hijo
persiguiendo las palomas de la catedral
Por las muchachas que nos convidan el éxtasis en la iglesia o la taberna
de su entrepierna (infierno o paraíso les llaman las religiones;
yo ignoro el nombre de los sitios en los que me he perdido)
Por el corazón inescrutable
Por las fragancias que descubro en el cuerpo amado y que me recuerdan
el nombre de sus flores
Por la niebla de marzo en París que sólo recobraría sus luces
si pasara por sus calles el sol que rueda sobre el desierto de Samalayuca
Por los caldos, las ensaladas y el pan, por el olor del arroz cociéndose
Por Shakespeare que al destino obsequió el alma como escenario
para que sacudiera las marionetas que somos entre sus manos
Por el instante en que pillé a mi hija pequeñita hablando
cosas trascendentes con su gato
Por la luna que alumbró a Khayyam y a Li Po y que me mirará también,
indiferente, cuando cierre los ojos por última vez
Por la espinuda belleza del ocotillo que en lo alto presume su flor rojísima
Por los espejos de azogues perturbados por donde transitan
las múltiples formas del polvo
Por el tiempo que es Dios, y un poco de humo
LA POESÍA ES UN ARMA DESTARTALADA
dispara el futuro por la culata
No produce alimentos para los pobres
ni redime a los limpiadores de letrinas
No derroca dictaduras
(las dictaduras caen solas)
ni siquiera derriba muchachas sobre el césped
(también caen solas)
Los verdaderos poetas son los pájaros
la luna el río las flores
y nos complace envenenarlos
Poeta es un oficio inútil
poesía es un vicio que no mata
pero ayuda
SOY UN PROBLEMA, UNA ANOMALÍA.
No aguanto al mundo.
He intentado utopías y revoluciones
para transformarlo.
Inútilmente.
Nos vendría bien un poco de peyote.
No engrano.
Si fuera el autor del mundo lo rompería
como a un mal poema,
y lo arrojaría a la basura.
Eso, justamente, el mundo hace conmigo.
EN CADA PALABRA PONGO MI GRANITO DE LIBERTAD
y alas a las palabras que imaginan.
No aplaudo ni me hinco.
Ellos pasan como una nube tóxica por una tira cómica.
Ofrecen la felicidad de los anuncios comerciales.
Disfruto la música del índigo, la maduración del silencio,
el poema del aire moviendo el follaje de los besos.
Un gesto, un respingo, un desdén. Digo no.
No me han domado.
UNO
Para Mario Lugo
Uno odia y desea
y ama en raras ocasiones
Uno sabe que la vida duele
y trabaja
envejece y muere persistentemente
Uno se sienta fuma y recuerda
y no cree
Uno sueña ruinas
Uno sufre y miente y aborrece
y teme
Uno ya no se aguanta ni solo
CIERRO LOS OJOS Y VEO UN HOYO
No duermo ni sueño. Un hoyo negro,
el fondo insondable de un pozo, el ojo
de un huracán, el culo de alguien, la cuenca
de una calavera, la boca de un arma
En la mesita de lado, una taza de café
y debajo de ella una nota: no
se te olvide suicidarte
HAY UNA RUINA CONSTRUYÉNDOSE EN MI CORAZÓN
y una máscara de humo debajo del espejo
de mi rostro. Mi sangre es un rodar
de piedras, un coliseo de alaridos
Mis sueños son materia herrumbrosa
Y no hay atajos: tú eres mi camino
hacia el infierno.
MÚSICA LETAL
El traqueteo de una AK-47, su música letal,
rafaguea la flor del árbol seco. Nadie
sabe cómo se llamaba esa muerta
Las ambulancias aúllan por las calles, la policía
acordona la zona: un bebé acribillado,
y con el tiro de gracia
Los gladiolos se abren como siempre
Aparecen cadáveres en las cajuelas de los autos
en los tambos de basura, en lotes baldíos,
en sacos, cabezas como obsequios, descoyuntados,
un cementerio de gemidos, canciones
arrancadas al corazón. El país es un mapa agujerado,
una cruz de ceniza. Sólo la mariposa traspasa
la escena del crimen. El sicario desayuna tarde,
agita el café con el contoneo de unas caderas,
el periódico chorrea y se estremece. La silla del político
se apoya en el fango, el desfile fúnebre pasa
silencioso, van juntos, rotos, los corderos y los machos
cabríos, y la sangre en el hocico de los lobos
¿Debo añadir que las encuestas favorecen al príncipe,
la bolsa está a la alza y los pájaros aún gorjean?
TESIS
Puede que escriban sobre mí sus tesis
los jóvenes estudiantes de letras
Más que en la obra se interesarán
por la vida y sus chismes;
más que por las influencias, por los móviles
secretos de los poemas lascivos
Descubrirán que el autor fue instrumento de los hechizos de una musa
caprichosa
Mis biógrafos darán contigo
Tu fama crecerá a la par
de tu belleza
Anímate, muchacha, carezco
de sex appeal pero poseo
valor curricular