Edmundo Derbez García y Armando López
Pedro de Alba [5 de septiembre – 20 de diciembre de 1933]
“La Universidad será un punto de convergencia para que se acojan en sus aulas los elementos provenientes de todos los sectores de la actividad y del pensamiento; sin distingos de categorías o privilegios desprendidos de la posición económica o de arbitrarias clasificaciones. […] Insistimos en las tareas de alcance popular y en los propósitos de conocimiento superior, considerándolas como dos tendencias fundamentales para que se vea que la Universidad no debe propender exclusivamente hacia el campo trillado de la formación de profesionistas, de acuerdo con la vieja pauta de la profesiones liberales. Deberán tener su lugar desde luego; pero se procurará formar una nueva conciencia en los que se gradúen en las facultades o escuelas universitarias, que les permita vivir en atención constante hacia las urgentes necesidades de nuestro pueblo. Se procurará también formar hombres capacitados para ser buenos industriales, buenos hombres de negocio o expertos agricultores; obreros y obreras calificados con una mejor dotación de conocimientos y habilidades; pero todos ellos; tanto los profesionistas clásicos, como los hombres de empresa, como los obreros, habrán de tener el sello de hombres cultos y el criterio amplio, generoso y comprensivo, como resultado de la influencia de la Universidad. La Universidad habrá de consagrarse, pues a formar hombres en el más amplio sentido, con una conciencia humana bien definida.”
Para un ideario de la Universidad de Nuevo León, abril de 1933.
Raúl Rangel Frías [4 de mayo de 1949 – 31 de marzo de 1955]
“La vida de la Universidad se conserva mediante un propósito colectivo de carácter moral que radica en sus estudiantes, maestros y directores. Confío y sigo confiando en las fuerzas morales que son las fuentes puras de la verdadera educación. De ellas brotó, primeramente, la Facultad de Medicina; más tarde el Colegio Civil y, posteriormente, el conjunto de escuelas, institutos y facultades que, después de los que integran la Universidad Nacional de México, podemos decir que son los primeros en nuestra patria. Esas fuerzas morales son las que han llevado a nuestra Universidad a la altura en que la vemos, y son también las que siguen creando nuevas instituciones universitarias que hacen de nuestra Casa el más importante centro de cultura en la frontera norte de nuestro país. Si la Universidad fuera una organización administrativa o empresa económica, indudablemente que ya habría desaparecido; pero ante todo, es vocación por México y para México.”
Discurso de toma de protesta, 9 de mayo de 1949.
José Antonio González Treviño [20 de diciembre de 2003 – 3 de octubre de 2009]
“La Universidad, patrimonio valioso de nuestra comunidad, fuente de saber, cultura y oportunidades para quienes tienen deseos legítimos de superación, institución que ha dotado a la sociedad de hombres y mujeres que con su inspiración han esculpido la obra sobre la que se ha edificado la grandeza de este gran estado de Nuevo León, tiene sentido, vida, rumbo y dirección. Les prometo conducirla con renovadas energías hacia la visión que nuestra comunidad le ha proyectado, con la colaboración generosa de todos los que la conformamos.
Los universitarios tienen puesta su visión en un mañana prometedor, en el que quieren forjar la prosperidad y la equidad que le deben a su nación. Pero esa vocación de futuro no se olvida ni por un momento, del legado humanista de la Universidad. Esta sigue siendo la universidad de Alfonso Reyes, José Eleuterio González, Raúl Rangel Frías, Francisco Zertuche, Agustín Basave y tantos otros que la concibieron, la modelaron y le ofrendaron su vida y talento para darle el reconocimiento social del que hoy goza.
La universidad de las Armas y las Letras, de Humanitas y la Escuela de Verano. Del buen teatro, la buena pintura y la buena música. De esa amalgama de futuros tecnólogos con raíces humanistas, surge una universidad sólida en su historia, audaz en su búsqueda de un mundo mejor para todos los mexicanos del siglo XXI.”
Discurso de toma de protesta, 18 de diciembre de 2003.
REFERENCIAS
Derbez García, E. & López, A. (2018). Universidad Autónoma de Nuevo León y sus rectores. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, pp. 23, 37, 85.
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