José Carmen
ADVERTENCIA: los siguientes hechos proceden después de haber pasado diez meses como becario en el Centro de Creación Literaria Universitaria para escribir un libro. Son cien por ciento subjetivos. La persona que los vivió no pretende una verdad alguna. Cualquier coincidencia es mera sincronicidad de lo que podría llamarse vida literaria.
Momento impostor
La voz en mi cabeza suena como una sirena dice
«¿Qué estás haciendo?
Detente, no te atreva’
¿Quién te crees tú? ¿eres buena?» y yo
me siento
una Impostora
Francisca Valenzuela
Pasé media beca literaria sintiendo que no la merecía. Tenía insomnio, dormía hasta las 4 de la mañana leyendo libros que creía me iban a servir. Mientras más lo hacía, pensaba que esa idea no tendría cabida en algo digno para publicarse. Fantaseaba con ganarle a la frase que dice que ya todo estaba dicho pero no podía evitar encontrar en otras palabras lo que yo quería decir. Del texto que le daba título al libro hice siete versiones pero ninguna me animé a que alguien la leyera. A otro texto le dediqué mucho tiempo y no terminó de gustarme nunca. Uno lo hice el mismo día y quedó mejor que los otros. Me di cuenta que la escritura es una cosa muy extraña. Volátil. Que necesita toneladas de paciencia. Me pregunté, como aconseja Rilke: “¿Debo yo escribir?”. No sabía si tenía esa necesidad en mi cuerpo. Podía sentarme y pasar varias horas leyendo pero a la hora de hacerlo para escribir me recorría una sensación de falsedad. De hacer algo que no me correspondía.
¿Qué hace a uno escritor? ¿Tomar el lápiz y atizar la hoja con ideas? No basta con eso. Tenía la intuición de que había algo más y que no contaba con ello. Quise rechazar el apoyo varias veces. Decirle al mundo que no lo merecía. Que había más personas esperando ansiosas por lo que me acababan de dar. Al final no lo hice pero, caminaba con una máscara. O al menos así me sentía. Como un ciudadano de otro lugar al que las costumbres no terminan por asimilarlo. Un impostor.
Momento carrera
Homero (Vlll a.C.). Ha ganado la beca del Instituto Ateniense de Épica. Obtuvo el Premio Ágora a mejor narración (después Premio de Pérgamo). Ha publicado en las revista Akademia, Ocium, Liceo, entre otras. Sus obras han sido actuadas y transcritas en más de diez idiomas.
¿Hace cuánto que los escritores se forman ganando becas y premios?
Me irritaba la idea de que mi semblanza fuera otra más. Que por puro requisito, y currículum, señalara que le han dado tales becas y ha sido galardonado con estos premios. En charlas, presentaciones de libros, conferencias y demás eventos literarios siempre era lo mismo. Fulanita que ha ganado tal cosa y le han dado tales otras. Parecía que si mi intención era llegar a ser alguien en el mundo de las letras tenía que aplicarme y ganar algún apoyo.
Recurrir a un tipo de mecenazgo para poder crear no estaba en mis planes. Me parecía más natural ser uno de esos escritores que, aunque la vida los tenía trabajando en una lavandería o una agencia de seguros, podría llegar a tener la mente despejada para construir obras en papel. Tampoco quería romantizar la cultura del trabajo sino que, no me movía ser parte de la actual manera en la que, parece, se forman los artistas.
Si lo literario va de la experiencia humana me parecía más sensato huir a los apoyos y labrarme en esta otra parte del mundo que, es muy insegura para quien pretende crear pero, pareciera un tanto más sincera para mis gustos.
Momento cierre
Supe cerca del final que no era el único que se sentía así. Que éramos varios los que estábamos hartos de trabajar un mismo tema, de no saber bien qué estábamos realizando, de parecer impostores. Y aunque todo esto parece momentos no muy gratos los disfruté. La tristeza y el dolor también son una fuente de placer.
Sé que me llevo más preguntas que respuestas y que a veces mientras más escribimos menos entendemos de la escritura. Como si ésta tuviera vida y cada vez se transformara en otra cosa. No sé si algún día sabré qué significa ser escritor. Ni qué signifique escribir, pero lo sigo haciendo.
José Carmen. (1995). Estudió Filosofía. Perteneció a la tercera generación (2021) del Centro de Creación Literaria de la Casa Universitaria del Libro UANL. Entre 2021-2022 realizó en comunidad el primer Laboratorio Filosófico: experienciando y experimentando el filosofar en comunidad en el LABNL de CONARTE. Sus actividades se alternan entre la música, la literatura y las prácticas filosóficas.