Frijolito nacido en algodón

Estefanía Arista

 

En ese entonces
las libretas parecían el refugio más importante
de mi vida.
Las palabras: una constelación de facciones
con las cejas siempre curvas hacia la izquierda.
Para que el miedo no volara sobre mi cabeza
yo escribía con lápiz:

 Perdóname
     todo el día jugué con
     agua.

No había quien asustara nuestra risa:
la diversión eran los dulces
y el oráculo
y las contraseñas
y el espía más profesional de todos
y la competencia para ver quién podía dormirse primero
aunque fuera de mentiras
o quién se atrevía a brincar la reja
o lanzar la piedra.

Hasta que las piedras,
que más adelante me romperían,
se acumularon
bajo los renglones tachados y su calor.
Y de no haberlo escrito, no recordaría
que a menudo fui otra.

El soldado más valiente,
un globo de agua contra el piso,
una granada debajo de la mesa.

Ceniza como letra escarlata
en la frente y no en la ropa.
Escrita en negro:
la /a/ de tu apellido,
una mentirosa.
Un frijol en un frasco de papilla,
ahogándose detrás del vidrio.

Aún me asusta vivir lejos de casa,
no saber con cuántas tazas de arroz
come una sola persona.
Hasta que no.
Ahora son las páginas vacías.
O peor, la hoja llena de lo que sí escogí contar.
El miedo.
Y quizá de haberlo escrito antes
la palabra
familia
no sería sólo un deseo en los cuadernos
ni algo que admiro a la distancia,
quizá el
 plagio
sería mi juego de espionaje favorito,
una ladrona profesional
de la soltura entre mi voz
y la del escritor que más amo.

Así, la distancia entre un árbol y otro es inmensa.
No se tocan para decir:

     Perdóname
     no supe cómo cuidar el algodón
    ni la inocencia.

 


 

Estefanía Arista. (Tijuana, 1995). Licenciada en Escritura y Literatura por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Fue becaria del Festival Cultural Interfaz en la categoría de poesía (Culiacán, 2018) y en ensayo (Real del Monte, 2018). Obra suya aparece en revistas digitales como Tierra Adentro, Este País, Periódico de Poesía, La Novicia, Punto en línea y en algunas antologías nacionales e internacionales. Fue residente de la decimoctava promoción de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores en España, donde terminó de escribir su primer libro, Hipocampo (Dharma Books, 2021). Actualmente es becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en poesía.

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