domingo, junio 23, 2024
    Editorial: junio 2024

    En mayo, escribimos en torno al verbo desear. De la mano de personas escritoras de diversos géneros y personas becarias del Centro de Creación Literaria Universitaria nos acercaremos a lo que asociamos con los deseos: ¿qué es lo que queremos para nosotrxs mismxs?, ¿qué es lo que queremos para alguien más? ¿Y en conjunto?

    Lupita Zavaleta comparte una serie de poemas a partir de lo marino para hablar de los apetitos: «escoge / o vuélvete pólipo también comparte las paredes de mi cuerpo agárrate a esta base de arena / ¿sientes? treintaiséis tentáculos coronas alrededor de la boca ¿ya sientes?».

    Ghada Martínez realiza una indagación exhaustiva sobre el sinificado de la palabra y sus asociaciones: «Aunque a veces se necesita porque el deseo es también caníbal y atroz.«

    Mercedes Luna Fuentes hace un recuento de los sentidos en medio de los deseos: «y sé que su sonido sale al encuentro / de los giros del aire / de esas sus palabras nunca atadas».

    Paulina Villapaldo reflexiona sobre el cambio del concepto del deseo a lo largo del tiempo: «El deseo crece en la punta de la lengua, las palabras maduran como una fruta en un árbol, a veces se caen y se pudren.»

    Yaroslabi Bañuelos comparte algunos de sus deseos más personales: «Hubiese preferido que mamá me llamara Andrómeda, Datura Stramonium o Eurema, pero mi padre decidió bautizarme con sílabas que recuerdan a la guerra o el invierno siberiano«.

    Donnovan Yerena ensaya su añoranza por la tierra que lo vio nacer y se debate entre las ganas de volver o quedarse: «He intentado hacer las paces con Monterrey, de verdad lo he intentado y justo cuando creo haberlo logrado, veo a mi familia rompiéndose ante la inmensidad de estas montañas que todos se empecinan en escalar. Entonces me pregunto una y otra vez qué es lo que nos trajo hasta esta noche en la que hasta la luz ha escapado por la puerta. Nuestros brazos no son lo suficientemente largos como para rodear la circunferencia de las ausencias que arrastramos.»

    Cordelia Rizzo expone qué tan lejos puede llegar el deseo a partir de su representación en el cine o televisión: «Succession se interpreta como una adaptación del Rey Lear de Shakespeare. Lear evalúa cómo repartir su reino entre sus tres hijas. Les pide que describan cuánto lo quieren, y Reagan y Goneril tratan de ganar favor apelando a su ego».

    En Adelantos, tenemos un framento de Cerezas en París, novela de Magali Velasco en la que Monserrat, el personaje principal, se encuentra entre los recuerdos de lo que intentaba ser un hogar y el presente de aquel desolado lugar. Es una novela que escarba en la formación de la identidad, pero también nos muestra que se puede soltar, que se debe hacerlo, seguir adelante, que cargar con el pasado y la culpa solo nos impide caminar. También contamos con unos poemas de Jorge Luis Darcy sobre habitar el deseo.

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    ¡Nos leemos pronto!

    El equipo editorial.

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