sábado, septiembre 21, 2024
    Editorial: agosto 2024

    En agosto, invitamos a una serie de escritoras y escritores a indagar en el verbo afirmar. Del latín affirmo, compuesto de ad («hacia») y firmo («dar firmeza»), cada una de las colaboraciones se hace varias preguntas a partir de esta palabra: ¿Qué implica dar por cierto algo? ¿O asegurarse de tal modo que une se mantiene firme? ¿Vale la pena ratificar?

    Alan Valdez reflexiona sobre cómo la escrirtura más bien, se confronta con la idea de falsa seguridad: «También por eso se escribe. Esta bien decir que la escritura, sobre todo, es un intento. Un intento no contra la nada, sino de nada».

    Yaroslabi Bañuelos comparte un par de poemas sobre afirmaciones basadas en portentos literarios como Anne Sexton y Moby Dick: «A veces el miedo es un jardín abandonado, / un pasillo invadido por la madrugada / o el himno nocturno de los perros».

    Carlos Lejaim Gómez hace una estampa histórica de lugares que se transforman para reafirmar una nación donde «una soledad interrumpida por camionetas de la migra y una insólita estructura desde la que periódicamente parten cohetes al espacio. De este lado la fiesta, la celebración, el goce en medio de la nada».

    Estefanía Arista versifica sobre los nombres que sirven para afirmar o negar lo que somos: «La lluvia arde tanto en los ojos, / ¿te acuerdas? / Y la amistad arde también / en algún lugar fuera de los cuerpos / que se han dejado de hablar».

    Paulina Villalpando habla desde el cuerpo y su linaje: «Hoy afirmo que en este desierto hace tiempo fuimos mar«.

    Coral Aguirre escribe un cuento sobre cómo se afirma la identidade con una compañías no humana: «Lucas ve a Totopo y le dice bajito:, No te asustes, porque está muy asustado. Totopo devuelve la mirada desde sus ojos amarillos con la misma preocupación y lanza un aullidito íntimo, sólo para los oídos del niño. Se han puesto de acuerdo en que miedo de a dos es menos miedo. A su manera. Los dos son bellos especímenes de morenidad y mestizaje». 

    emaLúa gcanchola muestra la multiplicidad del yo y sus confirmaciones: «la página en blanco es mi sahumerio / en ella pongo a arder las voces / que confundo con la mía«.

    Donnovan Yerena ensayo sobre las infinitas posibilidades del ser: «Ahora pienso que si en algún futuro llegase yo a tener una hija o hijo, aprendería a cazar sus sueños como una liebre persigue la madriguera.».

    Tenemos dos adelantos editoriales. Se podría decir que somos lo que leemos, los libros y lecturas conforman de alguna manera el tipo de persona que hemos llegado a ser, no solo como creadores o consumidores de la literatura, las letras permean en nuestras ideas, ideas prestadas que se vuelven nuestras.  La temática del libro Cuentas pendientes. Reflexiones de una lectora reincidente de Vivian Gornick es un recuento de las lecturas que más la han marcado como escritora y lectora; en Rumbo al exilio final Barbara Jacobs hace un recuento de su vida y como se conecta con sus lecturas y escritosEs así como ambas escritoras y sobre todo lectoras se encuentran así mismas a través de la memoria, el análisis y las reflexiones de lo que han leído y vivido, fragmentos que, desde la perspectiva de hoy, han cambiado o han transformado el rumbo de quienes son. Estos ensayos biográficos nos llevan al rincón intimo de sus interpretaciones, la búsqueda y reflexión de su personalidad, su lugar como mujeres, como hijas, y como personas, porque como dijo Sartre “Somos lo que hacemos, con lo que hicieron de nosotros”. 

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    (Recalcamos que este suplemento forma parte de una revista universitaria y tiene como objetivo ser incluyente con textos de diversos temas escritos por creadores que son diferentes entre sí, pero comparten la visión de la literatura como una manera de entender mejor nuestro mundo).

    ¡Nos leemos pronto!

    El equipo editorial.

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