Paulina Villalpando
Zigzaguear en el desierto
como la serpiente que moldea la tierra
con sus curvas,
y no con estas cosas que les dicen
manos o piernas, no sentir
el puño contra la piel, ni la vena
de este yermo dilatada.
Qué tan diferentes han sido
los soles que nos acompañan, cuál fue
el sol con el que nací, si picaba la piel
o ayudaba a germinar las plantas,
si por alguna razón, quemaba los campos
o brotaban de sí, otros días
para ti y para mí.
Qué tan diferente ha sido el sol de mi tierra
o de la tuya, a qué dioses tenemos que rezar
para saber la fortuna de nuestros astros.
Cómo saber si esta tormenta solar
creará auroras boreales, en qué lugar caerá
esa basura espacial, o dónde hará que el niño
vea crecer un árbol de mandarinas
en el jardín de su casa.
Entonces nuestras cenizas acompañarán las cenizas
del mundo, de todo lo que amamos, y odiamos,
de aquella casita de madera, de los dibujos que pegué
en el refri de la cocina,
de todas esas notas que escribí
para recordar que amo.
Cuando esta estrella
quiera ser una explosión cósmica
mi sol y tu sol se convertirán en un uno
como todo lo que cargamos
en los átomos de nuestra piel.
Paulina Villalpando. (Monterrey, Nuevo León, 2000). Licenciada en Letras Hispánicas por UANL. Poeta y mediadora de lectura, le gustan los libros de literatura infantil y llora con ellos.