A veces siento que alguien me observa

Jesús de la Garza

 

Me ves desde el otro lado de la biblioteca

y veo cómo me ves.

¿Observarán los ratones

con la misma curiosidad
los pedacitos de queso

desmoronados en la cocina?

 

Tú no lo sabes pero,

afuera de mi ventana,

las cámaras de seguridad

del Partido Acción Nacional

registran puntualmente

cada visita que recibo.

 

Y en mi fantasía paranoica,

es posible que

un gordo vigilante

con ojeras,

manchado de café,

azúcar y ceniza,

lleve la minuta

de cada persona

que ha cruzado mi puerta.

 

Imagino lentes extraños, brillantes y vacíos.

Imagino monitores de alta resolución

que transmiten en formato 4k Ultra HD.

Imagino cómo los mejores momentos

de mi escapada juventud

son documentados

para dos o tres personas desveladas

que habrán de inventarse

su propia fantasía de mi vida.

 

Sí, un poco como el show de Truman.

Un poco, también, como Big Brother.

 

Lo que trato de decirte

es que estoy acostumbrado

a que la gente me vea así,

como no queriendo,

como si, en lugar de un hombre,

fuera un animal tropical

extraviado en el Río Santa Catarina.

 

Vaya, quiero decir

que no me importa tanto

llevar una vida privada

que se documenta minuciosamente

y se registra en algún centro de datos

de  la República Popular de China

o Estados Unidos.

 

Y seguro esto sí lo sabes:

a los ratones no les gusta tanto el queso,

pero sí les gusta el papel.

Lo usan para hacer sus madrigueras.

Por eso aquella imagen

del ratón de biblioteca.

 

Cuando veo las cámaras afuera de mi ventana,

hacen un giro rápido y me sacan de foco.

Así como tú, cuando veo cómo me ves.

 

Entonces bebes de tu café.

Te limpias las ojeras.

Mientras yo arranco con los dientes

una hoja de la novela que leo

para llamar de nuevo tu atención.

 

Y me pregunto si el libro

que finges leer

mientras te observo

no será, de casualidad,

Diseño e instalación de sistemas de videovigilancia CCTV digitales

de José María Merchán.

 


Jesús de la Garza.

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