Fernando A. Flores
El cantante de la efímera desconocida banda ERIKKKLAPTON
El cantante de la efímera y desconocida banda EriKKKlapton tenía un impedimento del habla con el que había tenido que lidiar y del que se había avergonzado toda su vida. Era el menor de siete hermanos, había entrado y salido de clases de terapia del lenguaje durante toda la Elementary1 y tuvo que tomar cursos de oratoria cuando llegó a la Donna High School2. Su impedimento siempre se acentuaba cuando se cohibía, lo cual pasaba sobre todo con las muchachas, o con personas que, con palabras crueles, tenían la clave para lastimarlo. Tenía la tráquea estrecha, por lo que su cara se contraía a mitad de las frases para lograr sacar sus pensamientos completos. Casi como si alguien le estuviera dando unos chingazos en el cuello cada vez que hablaba, luchaba por expulsar las palabras, y cuanto más se esforzaba por encajar, más abrumado se sentía y más difícil la pasaba. Cuando estaba en la Junior-High3, llegó al punto de evitar hablar, pero eso nunca le funcionaba por mucho tiempo. Sus hermanos y sus padres se burlaban de él y nunca fueron de gran inspiración o apoyo. Constantemente sospechaba que la culpa era del matrimonio agresivo e infeliz de sus padres, o que sus hermanos lo habían hostigado tanto hasta el punto de causarle un trauma cuando era niño. De adolescente peleó una callada guerra de resentimiento contra quienes le rodeaban. Pasó muchas tardes solo en el patio de su casa leyendo revistas de mecánica popular y naturaleza y política. Aunque fantaseaba mucho con el sexo y miraba porno a diario, no le importaba mucho tratar de encontrar novia. Sus hermanos también se burlaban de él por esto y le llamaban Manuel y sus Manuelas: Maestro de las manualidades. Cuando llegó al último año de prepa, sus hermanos empezaron a llamarle Fundillo: el armadillo más graciosillo del pueblillo. Ese también fue el año en que empezó a experimentar con fumar mota. Un día descubrió que cuando se drogaba y gritaba palabras al azar seguidas una tras otra, no tartamudeaba. Esta revelación lo desconcertó, y lo probaba cada vez que tenía algo de privacidad y una pipa cargada o un porro envuelto. Gritaba cosas como: “Wolf-mother-monkey-rope-dangling-cornucopia / tattooed saints-praying-offshore-oil-rigs!”.4 Entre más loco y espontáneo, más fácil le salían las palabras: “Crime-distance-money in the bungalow /jackals by the sea and jackals by the train / blowjobs, blowjobs / vote for me again”.5
No le contó a nadie sobre este descubrimiento, por miedo a que se burlaran de él. No, esto era algo que le pertenecía solo a él. Sin pensarlo siquiera, los demás lo etiquetaron como mariguano y se empezó a juntar con cierto grupito de inadaptados llenos de espinillas, morrillos escuálidos de Donna que usaban camisetas rockeras hechas por ellos y bastante mousse en el pelo. Incluso algunas chavas de su edad se juntaban con él, y a veces incluso hablaba con ellas y se reían juntos. Ese montón de raros conocían su problema para hablar y, lo más importante, estaban demasiado ocupados con sus propias inseguridades como para que les importara. Muy pronto, ya cerca de la graduación, sucedió que tres de aquellos inadaptados juntarían su equipo de música para una tocada gratuita en el garaje de uno de los padres, mientras el resto de ese grupito se reunía a escucharlos y fumaban mota. Ninguno de los tres era particularmente competente en el lado técnico, y solamente podían tocar canciones súper rápidas; si intentaban calmar el ritmo, se empezaban a desanimar y a equivocarse. Así que tocaban canciones con no más de dos acordes, a veces un tercero aquí o allá, con mucho downpicking rápido en una guitarra eléctrica distorsionada, un bajo, y otro morro en la batería que tocaba tan acelerado que acababa empapado de sudor en aquel garaje, pero no le importaba, pedía más, un auténtico baterista de corazón. Siempre había un micrófono listo, muy poco usado salvo por los ocasionales gritos del guitarrista.
Después dijo que no sabía por qué lo hacía, aparte de porque estaba bien stoned, pero en una de esas tardes de claroscuros marihuanos después de la escuela, en ese garaje donde los padres nunca les ponían atención ni los molestaban, tomó el micrófono de soporte, aquel del que todos se burlaban, aquel cuyos padres, cada vez que sonaba el teléfono y era para él, bromeaban diciendo que era su noviecita y se carcajeaban, aquel al que sus hermanos pisoteaban y abusaban verbalmente; mientras los otros tres niños de cara aceitosa tocaban, agarró el micrófono, lo inclinó hasta su altura (era al menos cinco centímetros más bajo que los otros vatos) y gritó: “¡Rrrrrrrratsingerrrrrr! ¡Rrrrrrratsingerrrrrrr! ¡Rrrrrrratsssssssingerrrrrr!”.
Todos se espantaron, los que tocaban los instrumentos y los que se estaban drogando. Pero el único que actuaba como si no hubiera pasado nada seguía con el micrófono en la mano, y entonces se dio cuenta. Tocaron varias versiones de esa canción después de unas cuantas caladas al bong y la llamaron “We Will All Burn”. El verano después de la graduación tocaron más seguido mientras buscaban trabajo o esperaban para irse a la universidad, y siempre con al menos un twenty de mota. Lograron unas ocho canciones en pocas semanas, como “Monkeyfuck Evasions” y “Wonkaballs”, y hacia el final se pusieron políticos con “Me and Saddam Are Like This” y “Oil Mutant”. Ninguna de las canciones se grabó nunca, y nunca se presentaron en ningún lado, las únicas personas que los vieron tocar fueron los que entraban y salían para drogarse en ese garaje de Donna.
Llegó agosto y dos de los morros se fueron a la universidad, uno al Devry Institute y el otro a Baylor. El bajista embarazó a su novia de la prepa y empezó a trabajar en el HEB, donde se quedó por muchos años, sin nunca más volver a estudiar. El cantante principal de la efímera y desconocida banda ERIKKKLAPTON acabó trabajando diligentemente en una bodega por algunos años, en los que ahorró, y pudo abrir una pequeña tienda de discos en la Nolana Avenue de McAllen llamada Raging Records. Siguió fumando hierba todos los días de su vida y mantuvo una distancia calculada con el lado feo de su familia; estos factores, según afirmó mientras se iba haciendo mayor, junto con la música metal, fueron los que le ayudaron a tratar su impedimento del habla de manera sistemática, y para cuando tenía 22 años, el tartamudeo ya había desaparecido por completo.
1 Primaria
2 La preparatoria de Donna
3 Secundaria
4 “¡Lobo-madre-mono-cuerda-colgante-cornucopia / santos tatuados-rezando-plataformas petroleras en alta mar!”.
5 “¡Crimen-distancia-dinero en el bungalow / chacales junto al mar y chacales junto al tren / mamadas, mamadas / ¡voten por mí otra vez!”.
Fernando A. Flores