abrázame fuerte y no me sueltes, mesón estrella

 

Donnovan Yerena

 

 

aquí,

sobre la calle juan méndez 

descubrí las entrañas

 de un ahuehuete

que me siguió al norte;

nos tragamos la

tierra del camino

sin saber que cargo

en las palmas

el sendero sur,

llegamos y nos miramos

de frente

y pude verte

dentro mío,

dejamos la resolana

afuera y

volví a casa,

los jitomates bruñían

en un carmesí

tan grande que nos

cubrió la pena,

y mientras me abría paso

entre toda esta gente

que no es de aquí

que es de allá y

que venimos desde entonces

rodando con la cabeza

 entre los pies

y las manos abiertas

 al sol

me encontré en el tianguis

de tinijaro,

cubierto de jacarandas guayabas,

cerré los ojos y

por un momento

sentí que ya te amaba,

mesón estrella:

aquí dentro volví allá

donde la fruta

tiene apellido

donde el esquimo es

de pistache

y los nopales se venden

en bolsas de diez

de veinte y de treinta,

allá donde la tortilla es azul

y se entinta de lila cuando

 la acaricia un limón,

aquí junto a ti descubrí la fuerza

de la anacahuita

y el calor del comino

entre los dientes,

cada noche un camino posible hacia

los ríos que desembocan

                                 más allá

en dirección al mar,

desde colola a maruata

reinos de la tortuga blanca y arena cálida,

ahí me siento cuando

nos resguardamos

dentro, mesón estrella,

explotamos en dirección cielo

soñamos con volver a vernos

y juntar las piedritas que

dejamos en el camino,

encontrarnos de frente

con una catedral de cantera rosa;

abrázame fuerte y no me sueltes

ahora que te he encontrado

y que traes contigo un

michoacán que late

aquí,

dentro mío

 


Donnovan Yerena. De Morelia, capital del estado de los pescadores. Estudiante de Letras Hispánicas fuera del agua. Formó parte de la segunda generación del Centro de Creación Literaria de la Casa del Libro de la UANL. Anteriormente obtuvo el primer lugar en el Certamen de Literatura Joven Universitaria UANL con un cuento sobre añoranza y té. En la actualidad, con eso sobrevive en la gran ciudad de las montañas. Certero creyente de que todas las historias son peces pero solo aquellas que se escriben, jamás serán pescados.

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