Este mes, invitamos a varias escritoras y varios escritores, así como personas becarias del Centro de Creación Literaria Universitaria a reflexionar en torno a Alfonso Reyes. ¿Qué reflexiones despierta hoy en día el Regiomontano Universal? El poeta, ensayista, traductor y académico mexicano es una de las máximas figuras de la literatura en español. Así, nos acercamos a él, desde el presente, teniendo a sus obras como contexto y prueba de sus alcances.
Titulado es tesoro y se lo gastan, el poema de Minerva Reynosa, a partir de la poesía de Reyes, repasa el carácter destructivo del “hombre constructor de corbata”. “lo observamos sádico con sus buitres deseosos de un pedazo de tierra / protegida o no / tierra como viandas carnosas vaciándose sus jugos”.
Por medio de Alfonso Reyes: Entre la plenitud y la oquedad en la cartografía literaria de México, Julio Mejía III repasa los múltiples significados del autor. “Más que en las virtudes técnicas de su prosa, la vigencia de Reyes se encuentra en su actitud desenfadada”.
“Comprobaste, en tu sueño que es el mío, que los meses no modifican la temporalidad del espíritu, que las nueve campanadas se desdoblan sobre sí mismas”, dice Mercedes Luna Fuentes en su diálogo con Alfonso, en “El trabajo de una mujer”.
Donnovan Yerena analiza el peso de la figura de Reyes en su propia formación literaria: “Tú siempre le escribiste a tu papá que fue un gran coronel, uno de los grandes Reyes. Un padre solar, inequívoco y cósmico en construcción. Que vivan nuestros padres y todos los que vendrán, pero que vivan aún más, aquellos que no serán”.
Por su parte, Diana Garza Islas comporte un interesante ejercicio de reescritura para Sol de Monterrey y Glosa de mi tierra, así como una experimentación con una IA a la que le pidió escribir un poema como si Alfonso Reyes hubiera vuelto a la vida. “Que yo no conocí el cansancio / sino aquel sueño amari- / yo, dorándome en el ascua / de la infancia”.
Recuperamos de la edición impresa, un ensayo de Ignacio M. Prado sobre la vigencia de Reyes, que “ha sido acusado de “clásico”, “conservador”, “padre de la literatura mexicana”, entre otras cosas. Esta visión canónica, propia más de la Rotonda de los Hombres Ilustres que de las lúdicas apuestas de la obra reyista, ha marginado gradualmente la lectura viva de Reyes, dejándolo simplemente a la constante regurgitación editorial de sus obras y a los homenajes que, en general, tienden más a oscurecerlo que a iluminarlo.”
También contamos con un parte de Dónde vas Alfonso Reyes, de Coral Aguirre, obra enmarcada en una historia intelectual que se abrió paso con una relación epistolar, entre dos formas de crear literatura. “Un día me fijaste una cita, qué inmenso coraje en tu manera de abordarme, Nieves, Dígame ahora lo que tiene que decirme, sin preámbulos”.
Con un fragmento de Sentido humano: la palabra en Alfonso Reyes, libro escrito por Alberto Enríquez Perea, que explora ensayos, libros y diarios del autor regiomontano, nos llega la oportunidad de mirar aquello que rodeó al autor y los anhelos que logró conquistar. “Doña Gabriela era del mes de abril, del día siete. Don Alfonso, de mayo diecisiete. Cuarenta días fueron la diferencia en edades, pero no en intereses intelectuales, culturales, educativos”.
Cerramos con un texto de Jessica Nieto, en el que aborda parte de lo que ha revisado, como editora, en lo concerniente a la producción de libros sobre Alfonso Reyes y destaca los que considera aportan una perspectiva singular: «».
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¡Nos leemos pronto!
¡Y feliz cumpleaños, Alfonso Reyes!
El equipo editorial.