Editorial: septiembre 2022

Cruzar es el verbo de este mes. Más de un millón de personas cruzan diariamente la frontera entre México y Estados Unidos. Nuestra relación con el vecino del norte es compleja y multifacética. En septiembre hablamos del bilingüismo, de la migración, de las vidas fronterizas, del tránsito. Hablamos también del flujo entre ambos países, el cual se manifiesta en la creación, la enseñanza y la traducción.

Abrimos con Yelitza Ruiz, que ahonda en la experiencia de los migrantes en Coyote: “Mi menstruación nos revela que tan largo ha sido todo / cuando el cuerpo pilla a través de sus fluidos. / La sangre no siempre viene de un dolor ajeno, / eso nos recuerda que el tiempo es una regla que se rompe.” Este libro será una coedición entre la UANL y Posdata. 

Tanya Huntington nos comparte cómo es vivir entre dos naciones: “Me ha embelesado la posibilidad de escaparse de ese sueño americano convertido en pesadilla que tanto anhelaban escritores beat como Jack Kerouac, quien escribía a máquina sus Mexico City Blues desde un cuarto de azotea no muy lejos del departamento donde vivo.” 

Aurelia Cortés Peyrón reflexiona sobre su experiencia como escritora a partir de aprender diversos lenguajes: “Las palabras que pertenecen a los mismos campos semánticos abarcan territorios distintos en cada lengua, tienen otras fronteras, por lo que mientras más idiomas conozcamos, podremos describir nuestra experiencia con más precisión, aunque sea contraproducente a la hora de querer traducirla para nuestros interlocutores”.

La poeta y editora Jeannette L. Clariond disecciona su enorme experiencia como traductora: “Como el escritor, el traductor necesita organizar su Cosmos. En la vida de ambos existe un desorden que buscan regresar a la unidad y sólo pueden lograrlo a través de la escritura. En este sentido la traducción devuelve al lector la armonía primordial en un viaje que se abre a un tiempo que avanza en doble dirección”.

Sylvia Aguilar Zéleny habla desde la experiencia binacional poniendo de ejemplo las memorias de Reyna Grande y Marcelo Hernández Castillo: “Borramiento. La palabra clave es borramiento. Los migrantes son borrados en ambos países, emocional y económicamente, por decisión propia o del sistema pero borrados. Se escribe para recuperar lo borrado”. 

Continuamos con una serie de exploraciones sobre el cruzar. Por un lado, Susan Campos reseña una pieza transmedia de Rocío Cerón, quien se caracteriza por el cruce entre disciplinas en su obra poética. Eduardo Zambrano, por su parte, reseña Signos Vitales, de Merari Lugo Ocaña, que conjunta medicina y poesía

En Adelantos, compartimos una serie de poemas pertenecientes a A[tajos] migrantes, de Camila Krauss. La poeta, que fue voluntaria en un albergue en Ixtepec, Oaxaca, hace eco de la emergencia humanitaria de los migrantes: “El Albergue Hermanos en el Camino cuenta con 16 mil metros cuadrados, pero todos y todo se concentra en una décima parte de espacio habilitado y construido: Panal.” Erica Cruz aborda Caracolas sin mar. Trilogía sobre migraciones, de Silvia Pelaez, para proponer el cruce de fronteras geográficas, en tanto práctica restringida y perseguida, como un límite dentro del orden social que despierta en cada uno de nosotros un deseo íntimo de búsqueda, encuentro, anhelos, comienzos.

Cerramos esta reflexión con una entrevista con Damián Ontiveros que recuperamos del Archivo. Él fue artista invitado en la edición 93-94. Su trabajo con migrantes gira en torno al arte, la intersubjetividad y el poder cambiando de manos.

 

¡Gracias por ser parte de Armas y Letras!

 

¡Nos leemos pronto! 

 

 

 

Karen Villeda y Nohemí Zavala.

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