Este mes, invitamos a escritoras y escritores y también a personas becarias del Centro de Creación Literaria Universitaria a crear en torno al verbo empezar. ¿Cómo hacemos las cosas por primera vez? y ¿qué implica estar el punto de partida o de un momento?
Iveth Luna Flores repasa, por medio de Amá, el origen de su dificultad para iniciar cosas. “Así que el llanto fue mi primer contacto con el lenguaje, me expresaba en agua. ¿Será que la depresión se transmite por el cordón umbilical?”.
En Acabarcomenzar, Minerva Reynosa reflexiona en torno a Octavio Paz y Haroldo de Campos como referentes de inicios. “Así, mientras la vida me llevaba por aquí y por allá, comenzaba a adentrarme a la poesía neobarroca latinoamericana”.
¿Qué pasa Cuando el clima se vuelve irrelevante? Efrén Ordóñez Garza nos da una respuesta en su relato. “Quizá ha pasado poco tiempo, pero todavía sigo sin hallar la manera de iniciar una conversación en particular, ésta porque el motivo del clima carece de sentido”.
Titulado Sujetar o no, el texto de Mercedes Luna Fuentes se desarrolla entre plumajes y cabelleras. “Este tipo de nido es una promesa inusitada. Las palomas presienten que sobrevivirá a los vientos inyectados de furia que elevan y descompone”.
El día en que yo nací, todo cambió en mi vida es un texto de Diana Garza Islas que repasa distintos ritos de iniciación. “Es decir, ¿qué sería morir para la conciencia? ¿Es posible dejar de estar conscientes de estar conscientes?”.
En esta edición y con el ensayo¿A qué hora inicia el ensayo del animal circense?, nos acompaña
Felipe de Jesús Saavedra Martínez. “El público desilusionado preferiría ver una implacable pantera afilándose las uñas o al menos un elefante obligado a pintar al óleo con su trompa en lugar de un hombre extraño sudando frente a una laptop sucia”.
José Carmen pone en palabras la experiencia de aquellos tentados a los inicios múltiples con su texto Ya no me quiero equivocar. “Fácil fue decidirme y dar los primeros pasos que animaban la fantasía de tener grandes ganancias en poco tiempo. Lo cierto es que vender no es tan fácil y no ver números verdes hacen que la ilusión desaparezca”.
¿Cuántas primeras veces somos capaces de recordar?, Donnovan Yerena comparte algunas de las más significativas para él en Mi abuelo, el mono que descubrió una fruta por primera vez. “La primera vez que tuvimos que mudarnos de casa lo hicimos sin mi papá, ese día se desencadenaron muchas primeras veces que hasta la fecha, quisiera poder olvidar”.
Dentro de la Selección de poemas de Infinito día, de Eduardo Langagne encontramos Amigos que perdimos, Límites de la cordura, Isela II, Tatoo, Persona, entre otros.
Por su parte, en la Selección de poemas de Infinito día, de Cristina Rivera Garza están Líneas huérfanas, De oficio epigrafista, Los lutos del yo, Escribir, Libros con fractura.
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¡Nos leemos pronto!
El equipo editorial.