miércoles, octubre 9, 2024
    Tsssht

    José Carmen

     

    45° y un chingo de cerveza

     

    Pásele, pásele por su tepache, por su rusa, por su agüita fresca. ¿Qué le sirvo, güerita?, ¿cuántas va a querer? Pásele que todavía quedan. Preparadas con los mejores ingredientes, con el auténtico quita sed, chilito, limón, mire nomás: glup glup glup aaaah. Con una de estas queda más fresco que Alaska, ¡pero alaskaguamas! 1, 2, 3, ¿cuántas va a llevar? Me da un tepache con todo, porfa. Claro que sí, joven. ¿Quién más?, ¿quién más va a querer? Pásele, pásele que nadie nació para sufrir este pinche calorón. 

     

    Si de algo nos vamos a morir, qué mejor que con una buena bebida en el estómago. El otro día salió en el periódico que un chavo se desmayó por insolación, mejor venga e hidrátese con un sabroso y suculento tepache finamente fermentado de auténtica piña mexicana con el mejor piloncillo de la zona. Usté se lleva 1 litro desta, se sienta afuerita de su casa y pone un rolón. Mire nada más, mire nada más.

     

    ¿A poco no los mejores placeres son los más simples? La caguamita banquetera, unas ricas tostaditas preparadas, el tepache de Don Pepe. Bien decía mi abuela que nunca saliera sin un bote de agua. Ahora ya no alcanza. Con esto del calentamiento global usté necesita hidratarse bien. Y nada mejor que una buena bebida cítrica alta en nutrientes de origen natural. Nada de químicos ni sabores artificiales. Pura fruta salida del campo. Vitaminas, minerales, proteínas y todas las inas que quiera. Su estómago va a gritar de felicidad.

     

    No vaya por su smutty o esos mentados frappes que pura azúcar traen. ¡Diabetes segura! Pura grasa, pura enfermedad. Mejor ire, súrtace conmigo pa que ahorita que espere el camión no ande penando de sed. Con una de éstas basta pero si quiere en la noche se va con su litrero de confianza y pide un mojito, una ginebra, algo pa revivir el espíritu. 

     

    ¡Qué bien le hacen al cuerpo las aguas frescas! Sandía con menta, guayaba con hierbabuena o, el santo grial de cualquier día en el norte: el agua de frutas de la michoacana: plátano, fresa, manzana, guayaba, leche evaporada y un tantito de nuez pecana. ¡Hidratación y placer asegurados! Hasta el plato del buen comer se queda con el ojo cuadrado porque con un solo vaso basta para nutrirse al cien.

     

    Pero si usté lo que quiere es otro tipo de refrescor, hágale como el dicho: si la vida te da limones… ¡¡¡écheselos a la miche!!! Con salsa inglesa, jugo Maggi, chile en polvo, chamoy, Valentina, Tabasco o habanera, pimienta y un pellizquito de sal. Aquí se las tenemos listas en segundos, no busque en otros lados que allá le ponen pura cerveza de mala calidad. Nosotros contamos con la mejor cebada del territorio, avalada por el Instituto del Alcohol y las Meras Frescas. Es más. El patrón se volvió loco, amiga, el patrón se volvió loco. Sólo por hoy y namás porque soy chévere. Si usté se lleva dos, ¡la tercera se la dejo gratis! Y le digo y le vuelvo a decir que la sed no se hizo pa gozarse pero, una buena bebida claro que nos aviva el espíritu.

     

    Pásele que ya casi nos vamos. Tssht. Aaaah, el sonido de la victoria. A poco no se antoja algo así en los días que uno apenas sale de bañarse y ya está todo sudado. O cuando lleva horas atorada en el tráfico. Al final del partido de fut o cuando va al centro a hacer sus compras y sólo le queda esperar a la méndiga pesera en medio de un calorón de perro. Si le digo que bien dicen que lo que sale de la boca, proviene del corazón, pero qué mejor que lo que entra por la boca sea agüita de limón. ¡Ámonos! ¿quién dijo yo? ¿quién dijo yo?

    Ahora sí, como dicen los mariachis: ya con esta me despido. No sin antes hacerles la presentación estelar. El refresco de refrescos. La vida en una botella. O en un vasote con hielos. La eliminación de diabetes por la coloración de la piel. El compuesto neutralizante, remedio eficaz contra los malestares del mediodía. Y debo decir que son sólo algunos los afortunados que se han deleitado con esta dupla inmortal. Incapaces y juiciosos los demás al no creer en las sagradas refrescuras. Redoble de tambores. La auténtica prueba de que menos es más: La coquita mineral. Loco me dijeron y no he de negarles nada pero, namás hay que agarrar testimonio pa darse cuenta que el que juzga antes del juego termina callando a la hora del veredicto. Y es así como les presento mi creación, La Creación. Nada de hidrato citrícola o manjares azucarinos. El veneno diluido. Hielos, refresco de cola bien dulce y agua mineralizada. Porque cada una es buenísima, pero juntas ni el ejército de los tres sellos se atreve a ponerse al tú por tú ante tal perfección. Se pone por arriba del auténtico ponche moreliano. Rosita rosita vs negro burbujeante. La coquita mineral sabe al primer chapuzón cuando te avientas a la alberca. Es el columpio que amarras al mesquite al lado del río. Es el primer día de vacaciones. Es platicar con un amigo que no veías. Es un montón de sombrerudos tirando fiesta. Es 45 grados, una sonrisa y un chingo de cervezas.

     


     

    José Carmen. (1995). Estudió Filosofía. Perteneció a la tercera generación (2021) del Centro de Creación Literaria de la Casa Universitaria del Libro UANL. Entre 2021-2022 realizó en comunidad el primer Laboratorio Filosófico: experienciando y experimentando el filosofar en comunidad en el LABNL de CONARTE. Sus actividades se alternan entre la música, la literatura y las prácticas filosóficas.