En este suplemento, quisimos ahondar en lo que significan los recuerdos. ¿Cuáles son los mecanismos de la memoria? Todo (o casi todo) lo que percibimos, aprendemos y conocemos es retenido por nuestra mente. ¿Qué es lo que hace que lo traigamos al presente? Los antiguos griegos creían que la memoria estaba alojada en el corazón y en la actualidad sabemos que es una función cerebral. Recordar es el verbo de este bimestre en el que invitamos a varios autores (algunas y algunos son de Nuevo León) a escribir sobre ese estado mental donde predomina el corazón: el latín recordare está compuesto por el prefijo re, que quiere decir “de nuevo”, y el elemento cordare conformado cordis o “‘corazón”.
Abrimos con un ensayo de Brenda Trejo que reflexiona sobre la fotografía y la memoria a partir de un viaje a la casa de su infancia: “Fotografiar es apropiarse de una imagen. Establecer una alianza con el tiempo presente para desafiar al olvido. Es una forma de convertir a un objeto mental en una impresión en papel fotográfico que se almacenará en un álbum: cajón en donde las fotografías, cubiertas por un papel transparente, estarán resguardadas del eminente olvido”.
Contamos con un cuento de Olivia Teroba en el que la capacidad de recordar se ve afectada por los avances tecnológicos: “Una noche, en la fase más profunda del sueño, me desconectó de la red sin que yo supiera cómo. Pero me di cuenta porque soñé: antes de eso, mi conexión permanente me permitía dormir sin soñar. Soñé y mi subconsciente, como si volcara sobre mí todo lo que había contenido hasta ahora, me mostró una serie de imágenes insoportables. Volvió un miedo oculto: el de la memoria”.
Después, Efrén Ordóñez Garza recuerda las canciones que han conformado la banda sonora de su vida: “en la película aparecen seguido otras canciones, las favoritas de mis papás, sus discos —o casetes— reproducidos desde la primera hasta la última canción cuando íbamos a la casa de mis tías o abuelas, a misa, al súper, o al Centro, o durante los viajes en carretera”.
Por su parte, Jesús de la Garza ensaya lúdicamente sobre los recuerdos inventados (y los también soñados): “Aún tengo presente algunos de los sueños de mi infancia. Recuerdo estar pataleando en una alberca, en compañía de mi padre, observando una bandada de mujeres volando en un cielo nocturno y estrellado. También, en ese mismo sueño, un caricaturesco castillo en contraste con la Luna”.
Seguimos con Luis Mendoza Ovando que hace una crónica del uno de los últimos conciertos de Daddy Yankee y, al ritmo de una canción de reggaeton, también recuenta el inicio de la guerra contra el narco: “En Monterrey, esos años suenan al reconocimiento total de ese éxito que dice “zúmbale mambo pa’ que mi gata prenda lo’ motore’”, pero también a noticias de colgados en puentes peatonales. Esa época se siente desde la alegría eléctrica del perreo autodidacta, pero también desde el terror de saber que 62 personas murieron calcinadas en el Casino Royale”.
También Carmen Carrillo nos comparte algunas de las remembranzas de su vida con Cynthia, una tortuga que la acompaña desde los siete años: “yo soy su familia, aunque en un contexto lógico creo que es lo que menos querría saber una tortuga. Comprender ese concepto es algo que por cuestiones racionales no podría lidiar con ella en términos de comunicación, sin embargo, en términos de crianza o de mantener a un animal, me he encargado de alimentarla y de darle un espacio en el cual vivir: selecciono su comida, la busco cuando se esconde en la tierra, la he visto mudar de piel y soy quien decide cuándo cambiarle el agua estancada. Eso me convierte en su familia.
José Carmen indaga sobre la relación de una familia a partir de una serie de objetos. Por ejemplo, los que están relacionados con la cocina y la alimentación dicen mucho acerca de los seres queridos: “¿Cómo les cuenta un molcajete las aventuras de la abuela en Real de Catorce?”.
Felipe de Jesús Saavedra Martínez hace un repaso acerca de las cajas negras a partir de un manga: “Ensayar también es hacer digresiones que suenen poéticas o fuera de contexto para ver qué acrobacia se avienta tu perspicacia. Tal vez el escribir sobre este manga es una maroma injustificada que no llega jamás a tocarse con el tema del Recuerdo”.
Cerramos con un texto de José Roberto Mendirichaga que rememora la aportación de Concepción Arenal a los feminismos: “consideraba que en la educación femenina se ponía demasiado énfasis en las manualidades, desatendiendo los aspectos racional, ético y estético. Y pensaba que en el matrimonio, hombre y mujer habían de gobernar y educar juntos.”
En Adelantos editoriales, compartimos poemas de La espera y la memoria donde Adriana Dorantes reconstruye las simulaciones que se despliegan en el orden familiar y el social para encubrir la ausencia de la figura paterna y que, por el contrario, resaltan la dolorosa persistencia de su falta. Y una reseña a cargo de Pamela Aguila en donde nos propone que Dorantes «aluza los escombros que dejan los otros, señala y nombra los huecos de nuestra memoria en donde se filtran las tristezas y la melancolía de todas nuestras edades».
¡Gracias por ser parte de Armas y Letras!
¡Nos leemos pronto!
Karen Villeda y Nohemí Zavala.