viernes, abril 26, 2024
    Espíritu santo

    Mayla Galilea Martínez

     

    Cuando Hiram Ruvalcaba se propuso escribir sobre paternidad, decidió hacerlo desde todas sus facetas. Sentir amor es parte de ser padre. Pero ¿qué hay del miedo, el odio, la duda, y el dolor? Esto y más lo vemos plasmado en Padres sin hijos, ganador del Premio Nacional de Cuento “José Alvarado” en su edición de 2020. En ocho relatos (cantidad suficiente para enfrentar el monstruo de la paternidad) viajamos junto con niños y hombres quienes, en su búsqueda por significado, se descubren a sí mismos.
    Cada relato toca dimensiones de la relación padre-hijo hasta dar con una cruda realidad. Una realidad donde no solo existe el padre afectuoso, el padre bueno, sino también el feminicida, el abandonador; padres que dejan marca y que, tristemente, son bien conocidos dentro de nuestra cultura. Surge, también, la excusa del mal: el amor que todo lo soporta. “Porque un hijo es un hijo, Agustín. Y te duele si es un santo, o un hijo de la chingada…”. Así es cómo el libro expone, tal vez sin querer, la imperante necesidad de nuevas formas de masculinidad.
    Las historias siempre han sido herramienta para comprender lo que nos rodea. Su encanto radica en poder mostrarnos lo que somos o lo que podríamos llegar a ser; forman y transforman nuestra percepción del mundo. En la intimidad de sus páginas, hay esperanza. Aun sabiendo todo esto (y creyéndolo de todo corazón) confieso que hay algo atrevido en leer sobre relaciones paterno-filiales; parece desconsiderado, especialmente para aquellos que no somos padres y nunca lo seremos. Se trata de una culpa inexplicable, como quien escucha algún secreto ajeno. No me parece que sea una idea absurda: instintivamente, reconocemos que la intimidad nace en los confines del hogar y no queremos perturbar ese silencio, sin importar que ocurra dentro de la ficción. Lo ordinario conecta con nuestra propia realidad. Por eso el autor, con precisión pulsante, nos toma de la mano para conducirnos a través de una realidad ordinaria; desde la falta de comunicación con un aburrido adolescente, hasta la responsabilidad que produce un bebé: la vida en su forma más frágil y dependiente. Esta obra es una invitación a ver la paternidad sin juzgar(nos) en el proceso.
    En la escritura de Ruvalcaba nos convertimos en otro personaje. Algunas veces sudamos bajo el sol abrasador de Tlayolan mientras observamos las buganvilias; otras, nos perdemos entre la oscuridad de una carretera, aceleramos, caminamos, cazamos huilotas, cazamos colibríes, cazamos humanos. Para experimentarlo todo, se debe vivir a través de diversos ojos. De esta forma, saltamos entre las tres voces narrativas: yo, tú, y él, parecen entrelazarse en algo más fuerte que la mismísima trinidad. Somos familia. Sí, al leer somos el padre, somos el hijo y, cuando el corazón se nos estruja por no tener control sobre ambos (quizá nos sentimos indefensos ante la fuerza de la paternidad), sólo entonces somos el espíritu santo.

    Título: Padres sin hijos

    Autor: Hiram Ruvalcaba

    Editorial: Universidad Autónoma de Nuevo León

    Año: 2021

     

     

     

     

     


     

    Mayla Galilea Martínez. (Monterrey, 1998). Egresada de la Facultad de Derecho y Criminología. Formó parte de la tercera generación del Centro de Creación Literaria 2021 de la UANL. Sigue agradecida por haber encontrado refugio entre los libros.

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